Traductor: profesionalización
Lisette Herrador Suárez
Profesora, traductora y especialista en el idioma francés.
Síntesis
Desde hace muchos años, la humanidad ya traducía un sin fin de textos literarios y sacros, que permitían la comprensión de su cultura hacia el exterior. Este trabajo en la antigüedad era, por su importancia, delegada a personas de clase social alta. Hoy en día la traducción no puede ubicarse únicamente frente a la sombra de un oficio o bajo condiciones casi artesanales. El traductor se enfrenta a la lengua misma, a la interpretación de la belleza de un texto, a las marcas y estilos de un autor, ya sean lexicales, gramaticales o fonológicas, no remplaza palabras, pero le da sentido idiomático a los contenidos partiendo de una obligada construcción cultural. Encuentra entre sus interlineados, el sentido mismo de una obra.
El traductor es el actor del mundo del libro que se prepara para hacer una función que parece poco visualizada, poco transparente al leer un libro, pero que a su vez es reconocida por su importancia en el mundo de la edición. Para abrir paso a este tema hoy nos enfocaremos en la profesionalización del traductor.
Entrevistados
Intervenciones de
En cursivas
Traductor: profesionalización
En el octavo libro de la Odisea se lee que los dioses tejen desdichas para que a las futuras generaciones no les falte algo que cantar. El mundo existe para llegar a un libro, parece repetir, unos treinta siglos después, el mismo concepto de una justificación estética de los males (pp. 65-66)
Borges, J. L. (1952) Del culto de los libros.En Otras inquisiciones. Madrid: Alianza