El noveno aniversario de Interlínea nos obliga a más de un reconocimiento. De entrada, el equipo de dirección y producción con Sofía y Daniela a la cabeza, lograron no sólo sostener el espacio en medio de la pandemia, sino que impulsó nuevos proyectos. Entre ellos, la constitución de un consejo interdisciplinario e interinstitucional para imaginar horizontes de futuro y estrategias para capotear el presente.
En ese marco, Interlínea no sólo ha sostenido su presencia en la radio, también ha amplificado su campo de acción en el entorno digital, con epicentro en su sitio web, el canal de Youtube y el alcance de sus redes sociodigitales. Adaptados a una lógica de trabajo a distancia, los colaboradores de este proyecto hemos podido estar presentes en los diferentes escenarios del campo editorial que, a su vez, tuvieron que reinventarse sin perder su sentido original. Estas adaptaciones y reinserciones han tenido costos, evidentemente, y como en cualquier otra área de nuestra vida (de la vida de todos), pero también abrió posibilidades. Quizá no estemos como queremos, pero estamos en muchos más lugares. El impedimento de desplazarnos y encontrarnos off-line desplegó una cartografía de encuentros impensados y canales inexplorados, mientras procuramos continuar en esta nueva normalidad.
Pero la nueva normalidad, que parece vislumbrarse con mayor certeza en estos últimos meses, habrá dejado huellas en los procesos, los productos y los actores que deberemos afrontar, quedándonos con las oportunidades descubiertas y regresando a las prácticas que no estamos dispuestos a resignar.