No es perogrullada afirmar que los buenos libreros son aquellos que conocen su negocio como el caso del gerente general de SOPHOS, el entrevistado de esta emisión. En las buenas librerías se percibe un continnum que dialoga con muchos escenarios que difícilmente pueden estandarizarse, de ahí que la loable, tardía y acaso quijotesca, profesionalización del librero, parezca desde el renacimiento una actividad que más que aprenderse en una escuela obedezca una serie de aspectos en los que interviene el azar y que por lo que regular se dan, y cito a nuestro entrevistado, “asalto de mapa”. Una madre lectora pero sistemática como la de Philippe para pagarle a los empleados y sacar a tiempo el pago a proveedores, una brújula para no perder el rumbo del tipo de lector que se desea, un imán para atraerlo y un mercado que por las características de Guatemala demanda emprender todo tipo de búsquedas, son algunas herramientas con las que SOPHOS fue consolidando su modelo de negocio, que también cuenta con un ramal en internet. A SOHPOS también le dan vida los talleres, las presentaciones, la estantería, las mesas y el café para charlar de una actividad a la que también se llega por azar, la lectura lúdica que nos abre a mundos nuevos.