El modelo Endira como editorial independiente es interesante por varios aspectos, el que más llamó mi atención es el del trabajo a distancia, que es una de las grandes ventajas que tienen las editoriales independientes para trabajar. A través de unos grabados renacentistas se creó un imaginario en torno a la imprenta que podría remontarse al trabajo organizado de los copistas, en el que las labores fluían en torno a un espacio común y esta imagen se hizo extensiva a la imprenta. En el Siglo XX y yo diría que desde el XIX, la imprenta se separó del espacio en el que se llevaba a cabo el trabajo editorial, aunque la mayor parte de las actividades de corrección, diseño, marketing y publicidad, decisión editorial y trato con los autores, tenían lugar en oficinas más o menos centralizadas, con horarios fijos y actividades bien definidas. La digitalización contribuyó a que este modelo se tornara mucho más flexible, aunque en varias instancias universitarias seguimos trabajando departamentalizadamente.
El trabajo a distancia que algunos agoreros del desastre llaman atomización, evolucionó, se convirtió, en nuestro caso en una realidad que primero comenzó con la posibilidad de recibir los archivos del original desde lugares remotos, después en la facilidad para enviar por internet los archivos para preprensa o a la imprenta, hasta el grado que ahora es posible tener entrevistas cara a cara con autores y con todos los involucrados en el proceso de una manera más horizontal y menos departamentalizada.1
Un modelo de este trabajo, es precisamente el de Endira, que a pesar de tener su sede en San Juan del Río, tiene casi cien títulos en su catálogo y el resultado del éxito se basa en buena medida en los flujos de trabajo dinámico posibilitados por la comunicación digital. Publicar en Sonora o Chiapas, corregir con un colaborador de Montevideo-Uruguay, diseñar el libro con una diseñadora de Veracruz, imprimirlo en una imprenta de San Juan del Río o China, presentarlo de manera virtual en vivo en varias sedes o diferido en YouTube son posibilidades para el libro. El flujo correcto o más inteligente para trabajar lo dará la editorial a partir del equipo básico, humano desde luego y sus necesidades, pero las distancias por fortuna no son obstáculos sino oportunidades.
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1 Tras la pandemia este modelo se refinó y la crítica del trabajo a distancia cobró una dimensión más plural de la que todos en mayor o menor grados somos partícipes.