Con su edición en español, el manual de estilo de Chicago, le va a permitir, a quien tenga la paciencia de leerlo todo, o cuando menos el apartado dedicado a citas y referencias, estar a la vanguardia en materia de redacción académica. Un factor de éxito de este trabajo ya fue comentado por nuestros entrevistados, el prestigio de la universidad de Chicago, que a los pocos años de su fundación, creó un departamento editorial que en la actualidad es una de las más sólidas editoriales estadounidenses.
En 1899, editores y cuerpo académico se formularon la necesidad de crear un manual que le diera uniformidad a sus impresiones, y en 1906 este vio la luz. Desde entonces, se han hecho 16 ediciones más la que hoy conocemos en español y a lo largo del siglo XX, el manual se consolidó como la guía de referencia más socorrida para consulta en la redacción de textos científicos sujetos a arbitraje y difusión en medios especializados. Hay que reconocer que más que una traducción, es una adaptación a la lengua española, por lo que dicho manual resulta sui géneris, es decir, recoge la tradición de un manual que ha gozado de prestigio mundial para uniformar criterios a la hora de publicar trabajos de corte académico, pero la combina con las peculiares formas en las que el español le da estructura a la articulación escrita. Para conseguir este objetivo, se requirió de la participación de un editor hispano, la universidad de Deusto, de ahí el nombre de esta edición: Manual de Estilo Chicago Deusto. La existencia de reglas que puedan regular la explosión académica escrita, siempre y cuando no se conviertan en camisas de fuerza, son necesarias para que el conocimiento se difunda por canales de entendimiento y calificación comunes y más o menos consensuados.