Hipertexto
Camilo Ayala Ochoa
La industria editorial, la que nace con la masificación del libro durante el siglo XIX ha buscado afanosamente crear un público lector. Durante el siglo XX en México lo intentamos todo, abatimos el analfabetismo, incentivamos a las librerías, multiplicamos las bibliotecas, promovimos grandes ferias del libro, incorporamos libros gratuitos a los sistemas escolares, creamos revistas de reseñas, abrimos en las editoriales canales de venta directa, impulsamos comunidades lectoras, alquilamos BookTubers, abaratamos libros, regalamos libros, obligamos a las personas a leer libros. Son esfuerzos no menores, aunque en ocasiones han perjudicado al tejido librero o han sido disparatados. Simplemente el número de lectores no crece y parece que las fórmulas están agotadas. Irene Rodrigo viene a refrescar el panorama como anfitriona del mundo de las letras, muy acertado es que hable de divulgación de la literatura, divulgar viene del latín divulgare, formado por el prefijo intensivo “di” y “vulgares” entregar al publicó, propagar, o afín de cuentas publicar. Generalmente se habla de fomento a la lectura, fomentar remite a la aplicación de fomentos médicos o alimentar el fuego, Irene transmite su pasión lectora y lo hace picando la curiosidad de sus oyentes para que acudan a los libros y eso es dejar que se los lleven, que se los apropien. Su programa “Léeme” es rápido y efectivo y “Habitación propia” logra esa intimidad que desborda; uno quiere tener posibilidades de leer lo que se comenta, pero también de buscar otras rutas lectoras. Para Jacques Lacan, el lenguaje antes de significar algo significa para alguien, quizá escritores, editores, libreros y bibliotecarios no sean los mejores promotores de la lectura, sino que son agentes del libro que hablan a personas de libros. Presiento que son los lectores los que mejor comunican con lectores. La frase de Gustavo Cerati en Pulsar: “tú aliento es mi respiración” toma sentido como mis ojos lectores pueden ser tuyos, lo que descifras son mis lecturas, respiremos libros.