Hipertexto
Camilo Ayala Ochoa
La Biblioteca de la Universidad de Salamanca o antigua librería, es la biblioteca universitaria de mayor tradición y procede del siglo XIII. En el siglo XVIII el bibliotecario Diego Torres Villarroel, escritor e hijo de un librero compró para esa biblioteca unos globos terrestres con el dinero destinado para adquirir libros.
Y ante las críticas e improperios respondió que aquellos eran libros gordos redondos, desde entonces los libros esféricos han sido parte del acervo y alegoría entre el mundo que se lee y el libro que se estudia, es adecuada, esos son los libros universitarios. Las universidades y el libro son instituciones ligadas históricamente, Tomás Carlyle decía que la verdadera universidad son los libros. No por nada el historiador y novelista Shelby Foote definió a la universidad como un grupo de edificios que se reunieron alrededor de una biblioteca, esa ha llevado a decir que una universidad es sus publicaciones, es su sello editorial. Sin embargo con el cambio de paradigmas en el mundo digital, las universidades son lo que dicen de ellas en la red, los bitios de información que genera y es necesario tomar en cuenta que la visibilidad afecta la reputación o prestigio de las Instituciones de Educación Superior. Las editoriales universitarias lo dice Carlos Gazzera deben prepararse, leer lo que está sucediendo, construir tramas y redes, vemos que lo hacen distintas asociaciones nacionales como la red Altexto, regionales como la Asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe, y mundiales como la Red de Universidades Lectoras. Sin embargo, Gazzera indica que cada institución debe encargarse de mejorar su catálogo y su bibliodiversidad, nada más cierto. Las universidades deben ver primero por la característica de cada sello editorial, el perfil del discurso escrito, el argumento de cada institución, su línea editorial. El futuro se construye ladrillo por ladrillo, sólo así es posible sumar fortalezas y no acumular debilidades.