Los autores favoritos son escritores cuyos libros uno compras sin pensarlo dos veces, sin leer la solapa, sin ver el precio. Muchos lectores compartirán conmigo el nombre del italiano Humberto Eco, entre sus preferidos.

El nombre de la rosa, El péndulo de Foucault y La isla del día de antes son buenas lecturas para recordar. Eco es además una referencia en el mundo intelectual, alguien que reflexiona profunda y responsablemente su mundo y su tiempo. En una entrevista, después de la presentación de su novela El cementerio de Praga, el autor italiano dijo en tono de broma que es “optimista del futuro de los libros, sobre el futuro de los hombres no”. Sin embargo, cuando se pesan esas palabras quizá se llega a una coincidencia, se ha escrito mucho de la muerte del libro y del advenimiento de una cibercultura y una cibersociedad, pero lo que no está claro es que la humanidad persista. No se trata de ser apocalípticos sino de señalar la cada vez más evidente deshumanización de la humanidad, hay guerra, violencia, hambre, pobreza, epidemias en grados superlativos, el futuro se nos escapa. Ante este panorama la salida es la lectura, entrar a una librería o una biblioteca, repasar los anaqueles de nuestras casas, retomar los libros que se han dejado a medias, recomendar títulos, compartir obras, regalar libros, perderse en el papel de las páginas, no son ahora acciones que representen una evasión del mundo, sino son la reconstrucción del mundo (repetido).

En UAM Radio tenemos a Interlínea, un espacio sobre, un metalibro, es decir un libro sobre libros, una lectura sobre las lecturas, estamos y nos sentimos cordialmente acompañados. Cuando concebimos la editorial “Hipertexto, lectura sobre el futuro del libro y la edición” pensamos en el personaje del novelista argentino Ricardo Güiraldes, llamado “Segundo sombra”, ese que tenía la mirada de horizonte, porque debemos ir más allá, abrir posibilidades, escuchar nuevos caminos y eso a fin de cuentas es tener esperanza.