El cambio tecnológico que está operando en la Universidad de Coimbra, Portugal, fundada en 1290 es interesante porque traslada flujos de trabajo a las redes y se imbrica de lleno en la edición digital, relegando a papeles menores como lo advierten los entrevistados el papel del papel.
Aunque también ofrecen la impresión bajo demanda, otra posibilidad latente cuando cierto tipo de archivos digitales se mueven en la red.
El que la pantalla sirva de marco para difundir los trabajos académicos y de investigación no implica que estos no se arbitren, puesto que llevarán el sello universitario, ni que sigan un riguroso proceso editorial que garantizará que los originales serán adecuadamente revisados corregidos y formados en un marco que ciertamente es distinto al que ofrece el libro o la revista impresa pero que en términos de investigación académica empieza a tener más impulso porque los contenidos y la puesta de estos en un entorno binario sigue demandando altos grados de especialización editorial. Este cambio a veces es solicitado por los propios autores, porque si los trabajos son adecuadamente indexados permitirá que el conocimiento específico llegue con más certeza y, desde luego con rapidez a quien tenga que llegar sin importar la parte del mundo en la que se encuentre.
Los contenidos adecuadamente filtrados y amplificados en la edición digital pueden, además, participar de un mecanismo colaborativo de distribución de contenido, porque quien encuentra la información específica sobre un área de conocimiento concreta, sabe quiénes son sus pares e interesarse por compartirla en esa área, y perdón por la redundancia, concreta de conocimiento.
A diferencia de las editoriales con mucho flujo de capital invertido en agentes de la edición, para promoción, la distribución e impresión de libros de papel; las universidades pueden ser buenos laboratorios para cambiar un modelo editorial que a ritmos distintos y con algunos retrocesos está cambiando en el mundo. Sigamos los pasos del trabajo editorial de la Universidad de Coimbra, porque puede ser un espejo útil.