Como hemos estado hablando en las cápsulas de la columna Grafema, un editor participa desde infinitas miradas en las propuestas del libro. En la cápsula de hoy, proyectos educativos desde la perspectiva de editor, Manuel Gil Antón, catedrático del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México (Colmex), cuyo enfoque de investigación es el diálogo que involucra temas de educación, sociología y políticas públicas, explora y reflexiona con Sofía sobre el empobrecimiento del lenguaje metafórico que hay en las aulas de las Normales, en la vida cotidiana de las familias, y en consecuencia, entre los niños en las aulas escolares.

En la cultura Celtal, cuando te preguntan, por ejemplo, ¿de dónde eres? Literalmente lo hacen sobre el lugar donde se quedó tu ombligo. Enriquecer y jugar con las palabras, incorporar al arte, la lectura y la escritura en la formación de los maestros, no sólo como una herramienta de aprendizaje, sino desde el placer, viviendo estas experiencias es la única forma para que ellos se conecten desde las emociones, su propia autorreflexión, y les abra caminos personales, para también hacerlo los maestros en las aulas con los niños.

Enriquecer nuestro lenguaje oral y escrito, utilizar metáforas que abunden en los significados, implica comprender tanto la conversación como la escritura, como un espacio de diálogo inter e intrapersonal que desarrolla procesos que profundizan en los significados de lo que se vive y de lo que se lee. 

Concebir la escritura, la lectura y la conversación como un espacio de encuentros y de desencuentros, donde se vuelve fundamental saber expresar con claridad para ser comprendido, y para poder defender y debatir opiniones, ese, me parece es, el fin de la educación.