En el aniversario de hace año me referí a un proceso de cambio y crecimiento que polinizó desde la radio un proyecto cultural más amplio como el que ahora se consolida en Interlínea: Cultura Editorial, nombre que no ha variado y no tendría porqué hacerlo. Aunque pensándolo bien consolidar es una palabra del ámbito estático, más bien el flujo de información y diálogo que genera el proyecto Interlínea necesitaba más formatos en la interfaz pantalla, nutrirse de otros formatos binarios y ser mucho más interactivo. 

Esos propósitos se están consiguiendo con éxito y, odio tener que decirlo cada año, pocos recursos. Desde luego que el proyecto ha crecido, necesitaba hacerlo y además, normarse desde el ámbito en el que se gestó: el académico. Lo que ha hecho Interlínea con la pandemia es abrir sus horizontes, las emisiones zoom que tienen son necesarias porque complementan con riqueza espacios de difusión cultural, además que algunas de ellas son bien interesantes.

Por fortuna, todo el material se puede recuperar o está en proceso de “Fijación” en algún formato de red: “video” “audio” “texto”, Catalogación mediante la página y las redes sociales y Recuperación de Saberes. Tres características que he observado son intrínsecas al Sistema Editorial y, desde luego, a otros sistemas.  Lo cierto es que el verdadero hardware y software de este querido proyecto que conozco desde que era una semilla se llama: Sofidonapáez. Es decir: Sofía de la Mora, Dani Paez y Donato. Hay que festejar con ellos estos nueve años, y con la gente que ha contribuido al crecimiento de uno de los programas con más vertiente emisión serial. Lo que está en juego ahora es mucho más ambicioso y estratégico, y lo que cuenta siempre es el trabajo, bien hecho.

Estas felicitaciones se tienen que decir a todo color y no en blanco y negro, abrazo a todos los que integramos este proyecto.