Promoción ciudadana de la lectura
El nuevo comportamiento del autor encontró también nuevos modos y organización. Al mercado altamente organizado se enfrenta, junto a la masa sin rostro de los compradores anónimos, el lector institucionalizado. Esta organización, característica de la burguesía en proceso de emancipación del siglo XVIII, se efectúa por dos vías paralelas: por medio de las bibliotecas de préstamo comerciales y de las sociedades literarias sin ánimo de lucro
Wittman, R. (1998). ¿Hubo una revolución de la lectura a finales del siglo XVIII?. En Cavallo, G. y Chartier, R. (Ed.). Historia de la lectura en el mundo occidental. Madrid: Taurus
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