De acuerdo con Martin Hilbert, Doctor en Ciencias Sociales, la información binaria crece exponencialmente y en la actualidad es de diez zettabytes. Para comprender estas dimensiones Hilbert recurrió a la metáfora de los libros, si vaciáramos toda esta información en libros y los apiláramos, tendríamos ocho a nueve pilas de información que llegarían al sol, se le olvidó decir de qué tipo de papel y de qué gramaje están calculados sus modelos y de qué tipo de pastas también pero bueno la metáfora del big data es aterradora.

Por esta razón desafíos digitales concretos como los de Lectora futura son un remanso y una apuesta. Un remanso porque resulta sensato que una página hispanoamericana conecte al campo de los editores y lectores por medio de una estructura bien dividida y jerarquizada para que estemos al tanto de lo que pasa en el mundo editorial. Una apuesta porque es tan abrumadora la cantidad de información que circula por la red que estos espacios con una arquitectura de la información inteligente tienen así mismo que encontrar modos inteligentes de trascender y sobresalir de esas nueve extenuantes pilas que llegan hasta el sol.

Ya buceé por la página y la edición de las secciones, así como la información y los servicios que se ofrecen para conectar más a los editores, me agrada. Bajé la revista también y aunque se puede descargar en PDF, ePub y Kindlee, la estructura de maquetación es la misma, quizá con el tiempo tengan recursos para explorar las potencialidades de cada formato, que son diferentes. Por lo pronto vale la pena suscribirse, yo ya lo hice en www.lalectorafutura.com. Un dato que me agradó fue enterarme que el 75 por ciento de los agentes del campo editorial, incluidos los lectores, está compuesto por mujeres, de ahí la pertinencia del nombre del proyecto que hay que aplaudir y, desde luego, promover.