Tengo una gran curiosidad por leer esa nueva camada de escritores uruguayos a los que hace referencia nuestra entrevistada el día de hoy y que además me sean revelados con estilos y formas un tanto contestatarias, o cuando menos diferentes, a las figuras icónicas de la literatura uruguaya representada por Benedetti, Galeano, Onetti y desde luego Quiroga, lamentablemente no dio nombres, pero una de las características que dispara la lectura es justamente sembrar semillas de duda. En este caso la promotora hizo su trabajo de manera ciertamente involuntaria, pero gracias a su omisión tengo un vivo interés por conocer quiénes son esos representantes de esa nueva narrativa uruguaya que parece contestataria. ¿Qué escriben? ¿Cómo perciben a su país? ¿Cómo se sienten ubicados con relación al resto de los países de Latinoamérica? Hay para mí otra razón extraordinaria, desde antes de José Mujica, aunque más con él, he sentido una gran curiosidad por Uruguay, pequeño dentro de dos gigantes, bañado por el río de la Plata y el Océano Pacífico.

Y lo que son las cosas, las coincidencias. El episodio diplomático encabezado por el michoacano Vicente Muñiz Arroyo al que hace referencia la entrevistada de Interlínea, que ciertamente salvó muchas vidas y que habla de peso que tiene nuestro país en Latinoamérica, viene perfectamente narrado por Silvia Dutrénit en un libro que la propia Alicia me vendió en el stand de la FIL Guadalajara bajo el título de La embajada indoblegable que desde luego recomiendo ampliamente¹.

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¹ Sobre todo ahora que México empieza a recuperar su prestigio internacional después de treinta años de entreguismo.