Celebro que en este programa se haya invitado hablar del autor, a René Avilés Fabila, muy querido profesor universitario y escritor del que aprendí los principios básicos del proceso editorial. René, a su vez, ha sido un importante editor de publicaciones culturales y libros, de otros autores desde múltiples trincheras.
En el proceso editorial el autor es uno de los eslabones más importantes, digamos que es el eslabón que inicia la cadena.
Aunque en sí misma la labor editorial es el resultado de una serie de fases muy creativas y de carácter intelectual, es el autor el que finalmente detona el inicio, de esta larga secuencia, que culminará con el libro en las mesas de novedades editoriales o en las pantallas conectadas en red. En lo que concierne a creación y aportación intelectual, la que surge desde la mesa del autor, es la de mayor trascendencia. Ahí germina el proyecto base, en torno al cual, surgirán una serie de elementos que finalmente, se encuentran orientados para darle una buena salida a la propuesta autoral. En otras palabras: no es lo mismo leer Batallas en el Desierto, en una edición de bolsillo de nueve puntos y apretada interlínea, que hacerlo en formato grande, con mejor puntaje. Pero en ambos casos, si no tenemos problemas visuales, el acto lector es gratificante, porque el primer eslabón de la cadena se hizo con los mejores metales. Por el contrario, si a nuestras manos llegan originales de mala factura, por más cuidado que se ponga en la corrección de estilo y en el diseño, esa cadena será siempre frágil. Debo señalar, para los autores, también se aplica ese viejo adagio originado justamente en recintos universitarios: “lo que natura no da, Salamanca no presta”.