Esta entrevista me lleva de manera inmediata a reflexionar sobre la lectura en voz alta. ¿Qué es? ¿Qué elementos la conforman? Estoy convencida que cuando leemos en voz alta estamos inmersos en un acto de amor.

Como Lupa nos comparte, la lectura es mucho más que la historia en sí misma. Es disfrutar las melodías a las que el lenguaje nos lleva. Es relacionarnos con el cuento, con la trama, con las imágenes, con la estructura narrativa. Es acercarnos al otro.  

Las inflexiones como subir y bajar la voz, sus tonalidades, la combinación de ritmos: rápido, lento, le imprimen significados. Es decir, le damos nuestra interpretación particular a ese texto. La lectura en voz alta y charlas sobre ellas con los niños. También nos ofrecen relaciones de cercanía con el otro. El objeto libro es un objeto complejo que no solo nos permite relacionarnos, sino que nos divierte, nos lleva directo a nuestros mundos internos dónde las emociones predominan, pero también nos invita a recorrer los mundos externos y además hacerlo en compañía del otro. 

Leer en voz alta es compartir un poco de nosotros. Lupa nos muestra cómo cariñosamente comparte con los pequeños. Nos habla de la importancia de hacerlo desde que son bebés. Recalca que la oralidad también es un elemento de la lectura. Si a un bebé le hablamos desde que nace, le cantamos, por qué no también le leemos.

Además, y únicamente como colofón les digo también que hacerlo, va formando lectores críticos.

La lectura en voz alta debiera ser desde que nacemos y hasta que morimos. Y nunca estar fuera de nuestras vidas.