La puesta en página
Alejandro Tapia Mendoza
Si el fenómeno de la pandemia mundial de COVID-19 ha traído en general noticias desalentadoras para el mundo editorial, ahí donde sabemos que hay librerías que se cierran, lectores que dejan de interactuar, casas editoriales que enfrentan un déficit financiero, y todas las consecuencias que conllevan una situación como esta, resulta al menos sorprendente escuchar el testimonio de Daniel Corona, un director editorial que, a la inversa de lo esperado, platica acerca del crecimiento de su empresa y del aumento de contrataciones que realiza para llevar a cabo su labor incluso en este difícil presente.
¿Cómo es posible lo anterior? Bien, Daniel nos habla acerca de la cultura organizacional, de un enfoque basado en el conocimiento de los lectores y de la adecuada comprensión del Marketing editorial, los cuales tienen que adaptarse a los tiempos que vivimos para generar nuevas sinergias que hagan posible no solo mantener, sino crecer el mundo editorial. Eso significa que los lectores y su demanda no desaparecen, sino que se desplazan a nuevos escenarios que es posible identificar para operar con ellos. La clave es la humildad y la alegría con la que se emprenden las tareas de cada uno de los miembros de una empresa editorial, así como la capacidad de potenciar sus iniciativas, mostrar flexibilidad, apertura, y no temer al error.
Se trata de coordinar la labor de un universo bastante humano que está detrás de los libros y que siempre tiene la necesidad de crecer, incluso cuando las causas naufragan. Daniel ha aprendido lo anterior a partir de una larga trayectoria de vida que parta de su experiencia familiar en una imprenta, pero que luego lo hizo explorar en el proceso editorial hasta llegar al análisis del mercado para hallar ahí las motivaciones que impulsan el movimiento de los libros en el mundo, tal búsqueda lo llevó a trabajar en Europa, viajar por Latinoamérica, y luego volver a México con una mirada afinada.
Como actual director de la Editorial Edebé, que publica libros educativos, Daniel plantea que sin embargo, un buen enfoque en el conocimiento del Marketing editorial, puede resultar efectivo a cualquier otro proyecto editorial o, incluso, a cualquier organización, ya que se trata de gestionar hacia delante los esfuerzos de los equipos humanos que producen contenidos. Es preciso -dirá- enfrentar la costumbre que tienen las organizaciones de mantener una estructura vertical y rígida en sus acciones. Algo que generalmente sucede en este campo, y que en el caso de México ha hecho que exista una constante crisis en el ámbito editorial mexicano. Revertir esta tradición con un enfoque abierto, no jerarquizado, donde todos los individuos cuentan con sus ideas, es clave para activar nuevas formas de producir y llegar a los lectores, ya que lo propio de los seres humanos es buscar el crecimiento de sus propias inquietudes, y su labor solo puede ser positiva cuando exista un entorno que los estimula.
Escuchemos entonces la experiencia de este diseñador gráfico nacido en una imprenta, que luego de aprender muchas cosas en el mundo, ha logrado comprender que la llave para la activación del mercado editorial es la humildad de saber que siempre aprendemos, nunca terminamos de hacerlo, y que siempre tendremos que escuchar al otro, solo así podremos enfrentar los difíciles escenarios que afrontamos en la actualidad.