Blanco y negro

Conversador ameno y creador involuntario de refranes

Muchas veces, me he preguntado si los proverbios, los aforismos, los pensamientos y hasta los conocidos refranes, son realizados exprofeso, es decir, como resultado de un complejo ejercicio de síntesis, o, por el contrario, son enunciados fulminantes extraídos de contextos verbales o gramaticales más extensos, pero con la suficiente carga semántica para operar de manera autónoma.

Con el tiempo he llegado a la conclusión de que el origen de estas joyas proviene de los dos campos. De hecho, hay lectores, y yo me incluyo en este segmento, que a veces sin desearlo y otras voluntariamente, vamos compendiando frases que podrían ser célebres o por lo menos sugerentes, en nuestros subrayados.

Todo lo anterior lo digo, porque mientras escuchaba la conversación entre Sofía de la Mora y su entrevistado, sentí el impulso de anotar algunos comentarios de Julio Sáenz que encierran, en pocas palabras, grandes verdades del ámbito editorial. 

La primera que ameritaría un comentario es la siguiente: “el peor lugar donde puede estar un libro es en la bodega: cerrado y almacenado”. Y el comentario más apropiado que se me ocurre desde el contexto universitario desde el que padecemos esta realidad, se resuelve con otra frase tan célebre que ya se volvió lugar común: “sin comentarios”.

Otra frase que me gustó, porque me sentí reflejado en ella, es cuando Julio dice: “el verdadero lector es lector de varios libros a la vez.” Es muy cierto esto que dice. A menos que estemos leyendo un libro muy apasionante, que por lo general son literarios, la lectura sistemática implica tener con nosotros más de dos o tres títulos que iremos alternando, desglosando.

Remataría esta colaboración con tres palabras de Julio Sáenz: “la tinta envenena”.

 

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