Qué agradable el trabajo de María José y escucharla hablar de manera entusiasta de su actividad. Ella me confirma, que por lo menos en mi caso, tengo mucha empatía con las, nótese que digo “las”, promotoras de lectura que para mí las ideales siempre han sido mujeres. Les creo más y una razón es quizá por el Edipo marca “Acme” que me cargo, porque mi primer acercamiento a la lectura, como ya lo he comentado, fue gracias a mi madre que me leía pacientemente todas las noches para ayudarme a conciliar el sueño cuando era niño. Otra constante que se desprende de esta entrevista, vinculada a mi experiencia lectora, es que la lectura es un buen acompañante para conciliar el sueño, es decir no sólo cuando era niño, sino más tarde ya no tenía a mi madre a lado leyéndome, porque pues ya era lector autónomo, pero me hice lector formal devorando libros por la noche. La idea de que el lector construye su propio relato más allá de lo que diga el autor, es otra característica de los promotores, rectifico de las promotoras de lectura, como María José. También es importante la necesidad de compartir con otros lo leído, confieso sin ninguna pena, que durante la preparatoria muchas de las lecturas obligatorias me daba una enorme flojera emprenderlas; el día de los exámenes un grupo de amigos nos reuníamos en una cafetería cercana a la prepa y le pedíamos, aquí sí habría que hacer una excepción, a Rodolfo, que nos contara el libro, lo hacía con tal minucia y entusiasmo, que no sólo pasábamos exitosamente los exámenes, sino que además después volvía a mi casa a leer los libros ya sin la presión del tiempo ni de las calificaciones. Otro punto en común que tienen las promotoras de lectura es que no se andan con el prurito de que leer en tabletas o celular no es leer y que las únicas lecturas importantes son las que se desprenden del libro impreso y sus olores a tinta y a papel. Le auguro un rotundo éxito a María José, hace un trabajo encomiable, trabaja en lo que le gusta y contagia entusiasmo.
Acercamiento personal a la biblioteca